Querido Leo:
¡Bienvenido al sur de la Florida! Has llegado a un lugar muy especial — dónde un rosarino, como vos, puede sentirse como en casa. Sé, porque me pasó a mí.
Yo también soy de Rosario, la “Chicago Argentina”, nuestra querida “Cuna de la Bandera”. Yo tampoco tuve un camino directo de allí para aquí. Vos conquistaste Europa, yo aterricé en Los Ángeles por unos años. Pero cuando mis padres trasladaron nuestra familia a Miami, allá por septiembre de 1990, inmediatamente nos sentimos a gusto.
No podíamos creer cuánto nos recordaba a Rosario, nuestra bella ciudad portuaria a orillas del poderoso río Paraná, llena de personalidad y personajes, fútbol y folclore. Dejamos atrás las montañas y el clima seco de California y nos sumergimos felizmente en el terreno llano y la humedad del sur de la Florida.
Esa humedad espesa y pegajosa se sentía … familiar — cubriendo todo, impregnando la piel y haciendo que se sientan las temperaturas en lo profundo de los huesos, ya sea calor o frío. Me imagino que lo has notado en visitas anteriores, ¿verdad, Leo?. También tiene un aroma particular … difícil de describir pero tan reconocible. (A mi mamá le dio gracia aquel primer verano cuando le pregunté: “Mami, ¿por qué hay olor a Rosario?”.)
Por supuesto, esa humedad significa … mosquitos. Esos sí que no son divertidos, pero no podemos decir que no nos recuerdan a Rosario.
El sur de la Florida nos dio agua … en todas partes. No sólo en la costa, sino al lado del supermercado, el banco, nuestra casa. Amplias extensiones de agua rodean vecindarios enteros, con lagos, ríos y canales que brindan un contraste de vacaciones a la monotonía de la vida cotidiana. A los rosarinos nos encanta estar cerca del agua, ¿verdad?.
También amamos la cumbia y el Fernet, los mates y las milanesas, todo se consigue aquí. De hecho, tenemos riqueza cuando se trata de restaurantes y mercados con nuestros sabores tradicionales.
La única especialidad que no hemos podido encontrar, en más de 30 años, son los Carlitos Rosarinos. Nos conformamos con la versión de Buenos Aires, el Tostado, pero a éste le falta nuestro ingrediente clave — el ketchup — y verdaderamente no es lo mismo …
Pero divago … enfoquémonos en lo que nos une, no en lo que nos divide.
Por ejemplo, mucho se habla del “acento miamiense”, esa entonación incomparable que mezcla ritmos, palabras y refranes ingleses, españoles y caribeños, destacándolo del resto del país. Al igual que mucho se dice sobre el “acento rosarino”, conocido por su completo y absoluto olvido de la letra “S”. Decimos una palabra en plural sin pronunciar la “S” e inmediatamente nos preguntan: “Sos rosarino, ¿no?”.
Acá tenemos acentos argentinos por todas partes (¿has estado en Aventura Mall últimamente?), y hay palmeras a lo largo y ancho para hacerte sentir que estás en el Bulevar Oroño. ¡Rosario tiene múltiples murales en tu honor, y acá aparecen nuevos murales todos los días!
También tendrán, a diferencia de Europa, sólo una o dos horas con Rosario. Será mucho más fácil para vos y Antonela, tu amor desde la infancia, sentirse más cerca de los seres queridos.
Curiosamente, el sur de la Florida y Rosario comparten un gran orgullo de pertenencia y cuentan con personalidades referentes que defendemos con uñas y dientes. (Pienso en Pitbull y Fito, por nombrar solamente a dos del mundo de la música).
Rosario tiene el elegante Teatro El Círculo, aquí tenemos el ecléctico ArtsPark en Young Circle en el centro de Hollywood.
Allá cruzamos el río para llegar a “La Isla”, nuestro popular oasis, acá contamos con “islas” de todo tipo: Jungle Island, Palm Beach Island, Isle Casino… Y no nos olvidemos de Star Island, el VIP de islas.
Allá tenemos la costa playera de La Florida, acá estás EN la Florida.
¿Qué más puedo decir?
Admito que no tenemos nada aquí como el majestuoso y conmovedor Monumento Nacional a la Bandera, uno de mis lugares más preciados, con su torre de casi 70 metros de altura mirando hacia el río. Es el corazón palpitante de la ciudad, el punto de encuentro de los rosarinos en las buenas y en las malas. El sur de la Florida tiene el Guitar Hotel de 450 pies de altura en el Seminole Hard Rock Hotel and Casino en Hollywood. Lo has visto, es bastante impresionante. Y supongo que sí ES un lugar de reunión …
Así que aquí están: algunas observaciones de un rosarino a otro. No diré que todas son razones para enamorarse de un lugar, aunque eso fue lo que nos pasó como familia. Deseo lo mismo para la tuya.
De cualquier manera que el sur de la Florida cambie tu vida, espero que deje una impresión positiva.
Seguramente tu presencia nos cambiará la vida por aquí. Y desde ya, te lo agradecemos.
Ahora sobre esos Carlitos… ¿habrá algo que puedas hacer al respecto?